Esculpir en el tiempo - Andrei Tarkovski

08.02.2023

Este árbol. Cada día he pasado por su lado, sin fijarme en él. Y ahora se que no lo veré más... ¡mira qué hermoso!

Andrei Tarkovski (1932-1986) fue un importante director de cine, también poeta, escritor y actor. Sus películas, sin embargo, resultan para el grueso de la población lentas, complejas, raras o todo junto. Lo cierto es su cine se divide en una primera etapa, con películas que siguen cierta coherencia literaria: «La infancia de Iván» y «Andrei Rublev» y luego se va alejando hasta conformar lo que es su propio lenguaje. Solo hará un total de 7 películas, contando estas dos primeras, así que no es difícil poder tener una visión completa de su cine a pesar de que varias películas tienen un metraje muy extenso.

Digamos que a partir de «Solaris», Tarkovski va definiendo su personalidad como cineasta y será el cine que haga a partir de este momento con el que mucha gente no empatiza. De hecho, algunos espectadores le escribían cartas preguntándole acerca de sus películas, algunos enfadados y otros desconcertados. Esa es una de las razones (encontré tres) por las que comenzó a escribir este libro, explicar su trabajo, pues después de rodar «El espejo» estuvo a punto de dejar el cine debido a las críticas y a que sentía que parecía que debía de hacer cine para gente que no era como él, que no tenía capacidad de percepción, que les faltaba espiritualidad. 

Sin embargo, poco a poco, fue recibiendo cartas de otros espectadores que sí que estaban agradecidos con sus películas, que expresaban lo que habían sentido al verlas y describían sus positivas experiencias de forma muy detallada y diversa. Entonces fue cuando comprendió que, aunque poca gente entendiera su cine, tenía una responsabilidad para con ellos, pues:

Si dos personas son capaces de sentir lo mismo, aunque sea sólo una vez, entonces siempre se comprenderán (p.26). 

La segunda finalidad del libro es contribuir a delimitar cuál es el medio de expresión del arte cinematográfico y es quizás uno de los puntos más interesantes del mismo y el que le da nombre. Pienso que es un error ver primero sus películas más conocidas en lugar de empezar por las primeras, que son muy buenas y más cercanas al cine que estamos acostumbrados a ver para, una vez cautivados, continuar con las demás.

El tercer propósito me hace mucha gracia y cito textualmente a Tarkovski:

- Con este libro (...) no quiero adoctrinar a nadie, a nadie quiero imponer mi punto de vista (p.29)

- Delato al fin la intención secreta que persigo con este libro: tengo el gran deseo de que aquellos lectores a los que con mi artículo he conseguido convencer, siquiera parcialmente, se conviertan también en mis partidarios intelectuales (p.55)

El libro comienza planteando algunas cuestiones: ¿qué es el arte?, ¿qué es el cine como arte? y, ¿qué puede aportar el cine a diferencia de las demás artes? A la primera pregunta nos contesta así:

El objetivo de cualquier arte (...) consiste en explicar por sí mismo y a su entorno el sentido de la vida y de la existencia humana. (...) La función del arte está enlazada con la idea del conocimiento, de la búsqueda de la verdad (pp. 57-58).

El símbolo y la imagen artística

El arte se dirige a todos y debe ser vivido como una experiencia, algo subjetivo que no deja de ser un símbolo que encierra el todo. Con esto del símbolo creo que se refiere a que lo eterno puede ser condensado de alguna manera en una imagen que dentro de sí misma encierra un profundo significado, desvelable por capas, en función de la intelectualidad de cada persona. Comprender esta «imagen artística» supone en cierto modo una conmoción moral y ética. No pretende explicar nada o responder a nada, tan solo es la visión del artista, su apropiación de la realidad.

En alguna de sus páginas se encuentra una frase sobre el símbolo de Viatcheslav Ivanov (poeta), que me recordó un poco a lo que creo que persigue la masonería, la idea de desentrañar el conocimiento a través de la simbología:

El símbolo sólo es verdadero como tal cuando en su significado es inagotable e ilimitado, cuando en su lenguaje secreto expresa alusiones y sugerencias de algo inefable que no se puede expresar con palabras.

Yo no he estado en ninguna logia, pero he escuchado testimonios de gente que sí y se que a través de los símbolos se transmiten conocimientos, enseñanzas morales y principios éticos. Los símbolos son una fuente inagotable de reflexión, pues evidentemente presentan un problema hermenéutico. Aunque la masonería como institución proponga un significado para cada uno de ellos, cada persona es libre de interpretarlos a su manera y de estrujar al máximo cada símbolo. ¿Sería Tarkovski masón?

Resumiendo, para Tarkovski, LA IMAGEN ARTÍSTICA es el SÍMBOLO, pues es algo que encierra un universo, no es solo lo que vemos, debe expresar el todo. Esto es algo un poco complicado, pero él lo resuelve con una analogía entre el cine y la poesía, concretamente con el haiku japonés. Las imágenes del propio haiku son cosas pequeñas, banales muchas veces, pero dentro de la propia poesía poseen muchísima fuerza y un significado tan profundo que es incluso difícil llegar a comprenderlo del todo. Sin embargo, no hay que olvidar que no se debe buscar un significado intelectual en esta imagen-símbolo, ni ideológico, no hay nada encerrado en ese sentido:

La pureza del cine y su fuerza intransferible se muestran no en la agudeza simbólica de las imágenes, por muy audaces que éstas sean, sino en el hecho de que las imágenes expresan la concreción e irrepetibilidad de un hecho real (p.92).

El tiempo

En cuanto a la esencia del arte cinematográfico, su finalidad es FIJAR EL TIEMPO, pudiendo reproducir un instante concreto todas las veces que se quiera. Tarkovski hace otra analogía comparando al cineasta con un escultor. Tal y como este debe ir dando forma a la materia, así el cineasta hace con el tiempo, grabado en rollos, ESCULPIÉNDOLO (seleccionando lo imprescindible) para crear su película.

Del mismo modo que un escultor adivina en su interior los contornos de su futura escultura sacando más tarde todo el bloque de mármol, de acuerdo con ese modelo, también el artista cinematográfico aparta del enorme e informe complejo de los hecho vitales todo lo innecesario, conservando sólo lo que será un elemento de su futura película, un momento imprescindible de la imagen artística, la imagen total (pp.82-83).

No conocemos hoy en día la naturaleza del tiempo, por qué los acontecimientos pueden moverse a través del espacio, pero no a través del tiempo. Sin embargo, gracias al cine podemos capturar estos instantes y reproducirlos en el momento del tiempo futuro que queramos. Realmente resulta algo brillante. En el fondo, como dice él, es otra manera de apropiarnos del mundo.

El tiempo será para Tarkovski la sustancia primaria con la que dar forma a sus películas, del mismo modo que es el sonido para la música, el color para la pintura, las palabras para la poesía, etc.

Del movimiento de los juncos se puede reconocer el carácter de la corriente del río, la presión del agua. Del mismo modo, el proceso vital que la toma reproduce en su movimiento informa del movimiento del tiempo. (...) En el cine, el ritmo surge orgánicamente, en correspondencia al sentimiento de vida que tiene el propio director, en correspondencia a su «búsqueda del tiempo» (p.145).

La finalidad del arte

Para Tarkovski es muy importante que el cine refleje la vida tal como es, instantes de la misma, como una impresión que queda al cruzarse con alguien, una mirada. Critica que el cine se ocupe generalmente de dramaturgias, como si fueran obras de teatro. Hoy en día, con los efectos especiales se aporta algo más que en el teatro, digamos que se pueden lograr cosas que con este arte no se podrían, pero más allá de eso, la mayor parte de las películas no se diferencian en nada, no aportan nada más allá de una historia con sus diálogos fijados, su música, etc.

El cine nació para reflejar una parte concreta de la vida, una dimensión del mundo aún no comprendida, que ninguna de las otras artes había podido expresar (p.103).

Además de esto, resulta imprescindible destacar su finalidad ética. Según él, aquel artista que ama la vida se siente en la necesidad de contribuir, transformándola, a que esta sea mejor.

El arte incide sobre todo en las emociones de una persona y no tanto en su razón. Su meta es «reblandecer» su alma, hacerla receptiva para lo bueno (p.191).

Lo decisivo es la visión del mundo, y la meta ética, el ideal.

Libertad

Y por último hablar de la relación del arte con la libertad, una libertad entendida como sacrificio hacia los demás, un acto de amor.

Libertad significa aprender por fin a no exigir nada de la vida o de los demás hombres, sino sólo de nosotros. Libertad: sacrificio hecho en nombre del amor (p.206)

Muchos de los personajes que presenta en sus películas son personas que aparentan debilidad. Tarkovski nos habla de cómo mediante sus fuertes convicciones morales esa debilidad se transforma en una gran fuerza interna que les permite salir victoriosos. Según Tarkovski solo es posible ser libre del todo realizando un enorme trabajo interior y para ello no nos basta con la educación que nos dan en la escuela, es necesario un trabajo de autoeducación.

Es el arte el encargado de expresar la libertad absoluta de las posibilidades interiores y espirituales del hombre. El arte es un arma en la lucha del hombre contra la materia, que amenaza con devorar su espíritu (pp.255-256).

Epílogo y reflexión final

Andrei tiene sus predilecciones cinéfilas: alaba a Bresson, a Buñuel, Kurosawa y a Bergman, entre otros.  En el libro los cita en muchas ocasiones y pone numerosos ejemplos. También nos habla de temas de montaje, de color, la música...todas consideraciones muy interesantes que cualquier persona que quiera profundizar en su cine debería leer, aparte de lo obvio que es que nos comenta sobre las películas que ha rodado, ayudándonos a entender muchos de los procesos que estas han sufrido durante el rodaje, las ideas que subyacen en su creación, etc.

Al final del libro, Tarkovski nos regala un epílogo donde dice que ya no le parece tan interesante todo esto que escribió, sino que para él es más importante la VIDA, pues si no somos conscientes del sentido de esta, difícilmente podremos expresar algo sustancial. Nos anima a buscar nuestra individualidad y responsabilizarnos también con la misma, con nuestra alma y con nuestra libertad. Valorarnos para poder amarnos y amar, buscando nuestra perfección espiritual. 

He aprendido mucho leyendo este libro, realmente me ha parecido muy interesante todo lo que cuenta y me ha hecho reflexionar acerca de qué es el arte cinematográfico. Especialmente hoy en día es de relevancia este discurso, pues las salas de cine están repletas de propuestas comerciales. Un pintor, un escritor o un músico, si se consideran artistas y no meros entretenedores no deberían pensar en hacer arte como un producto para las masas. Sin embargo, qué habitual es eso hoy en día, qué distorsionado está el arte. Con razón no sabemos qué es el arte y qué es ser artista. Sin embargo, sabemos reconocer a quienes los son y creo que esos modelos son los que debemos seguir, pues todo lo demás busca adormecernos, volvernos insensibles, no se sabe con qué propósito final, en el mejor de los males simplemente para sacarnos los cuartos, en el peor...

Aquellas personas que ya no sienten ninguna necesidad de nada bello, espiritual, utilizan el cine como una botella de Coca-Cola (p.205).

Hay gente que critica que el libro está desorganizado y necesita revisarse y ordenarse. Yo no sé, pero me parece natural en un libro de ensayo que el autor se repita en ocasiones, que vuelva sobre un mismo tema desde ángulos distintos. A fin de cuentas, cuanto más énfasis se haga sobre algo más claro queda y de todas formas no repite lo mismo de la misma manera. Al ser una especie de diario de reflexiones es natural que estas ideas vuelvan desde prismas un poquito distintos, a mí no me ha resultado cargante, pesado ni reiterativo.

Otra de las cosas que me ha sorprendido del libro, bueno, más bien de su autor, es su extremada preocupación por hacer lo correcto. Cualquiera que lea el libro tendrá, creo, esta impresión, que Tarkovski tenía un elevado nivel moral y ético, por lo menos en lo que respecta a su actividad creadora. Si prestamos atención a la última frase del libro, con la que finalizaré esta entrada, nos damos cuenta de que parece que Tarkovski había encontrado la manera de espiritualizar sus acciones, lo que significa seguir el sendero del karma- yoga según el  «Bhagavad-gītā»

Aparte de la imagen artística, la humanidad no ha inventado nada de manera desinteresada. Y por eso quizá realmente consista el sentido de la existencia humana en la creación de obras de arte, en el acto artístico, ya que éste no posee una meta y es desinteresado. Quizá se demuestre precisamente en ello que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios (p.259).

Los actos de una persona libre que ha logrado el desapego y actúa con la mente centrada en la verdad son como un sacrificio, se desvanecen por completo («Bhagavad-gītā» IV, 23).

P.D.: no se cuantas ediciones del libro habrá, yo leí la de Rialp, que está muy bien, aunque el índice de las películas citadas se encuentra mal numerado, creo que todas están dos paginas antes de lo que indica. Una de las cosas interesantes es poder ver las películas y luego buscar las referencias de los comentarios en el libro, pero al principio me volvía un poco loca para encontrarlas, hasta que vi que están todas mal, aunque dentro de lo malo, por lo menos hay un equilibrio.

© 2022 Grulla de papel. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar