«Mademosielle». Conversaciones con Nadia Boulanger - Bruno Monsaingeon

23.01.2023

«¿Advertimos que el don de aprender, de retener, es un regalo que hemos recibido, o dejamos que los días se escapen como si pasaran a través de un colador que nada retiene? ¿Acaso el líquido que filtra el colador es un auténtico saber adquirido o tan sólo agua corriente? Yo creo que el agua corriente es agua desperdiciada».

Nadia Boulanger

Hoy vamos a cambiar de tercio. Bruno Monsaingeon es cineasta, escritor y músico y por estas inquietudes que tiene ha hecho documentales y entrevistado a algunos de los grandes músicos del siglo XX, principalmente intérpretes.

El libro que voy a comentar se construye en base a conversaciones que él mantuvo con Nadia Boulanger, la cual destacó principalmente como pedagoga, aunque también era pianista y directora de orquesta. Se formó desde muy temprano en la composición, pero como remarca varias veces en el libro no era lo suyo, o ella piensa que no iba a ser lo suficientemente buena. En el fondo yo tengo la sensación de que lo dejó porque su hermana (Lili Boulanger), que falleció con tan solo 24 años y habiendo ganado el premio de Roma, mostraba mucho talento como compositora. De algún modo era como hacerle sombra si hubiese llegado a ser mejor que ella. Tengo esa sensación, pero ella solo dice que no era lo suyo y ya está, yo aquí no se nada.

El libro se divide en varias partes, algunas más interesantes que otras. Para mí las más relevantes no son precisamente en las que habla de música, sino en las que habla sobre el aprendizaje o sobre la vida.

Curiosidad e interés

Su madre fue una gran influencia para ella y la animó de forma poderosa a que sintiera curiosidad e interés por todo pues, según decía, sin ambas cosas no existe conciencia posible de uno mismo. Nadia desarrolla esta idea en base a pinceladas a lo largo de los primeros capítulos y da a entender que la capacidad de sentir esto va con el carácter de cada uno; hay quien tiene un interés genuino por todo, otros que no sienten interés por nada...por tanto lo principal es saber si determinada persona tiene capacidad para interesarse por lo que hace, si alberga dentro de sí mismo una pasión y solo así podrá ser posible cultivarla. Si no es así, ¿será causa perdida? Yo me quedo con la frase: TODO CONOCIMIENTO DEBE RESPONDER A UNA CURIOSIDAD y ¿SOMOS CAPACES DE DESEAR ALGO Y DE MANTENER VIVA LA CAPACIDAD DE ASOMBRO? Creo que esto nos valdría para muchas facetas de la vida y se consigue REDESCUBRIENDO ESE ALGO.

(La curiosidad es lo que nos hace fijarnos en determinadas cosas y el interés es lo que hace que profundicemos en ellas. Hay personas curiosas que en cuanto satisfacen esa curiosidad ya pasan a otra cosa, pues no son capaces de interesarse. Eso es un problema, obviamente, si ocurre con ciertos temas como los estudios, las relaciones, si empiezas un libro o una película y no eres capaz de acabarla porque una vez ya sabes de que va te aburre...es un quiero y no puedo constante).

Hay una anécdota sobre su madre que me gustó especialmente. Un día, al salir Nadia de clase, como siempre, la primera, su madre le espetó: «Me parece estupendo que seas la primera, pero hay algo más importante: ¿crees que has hecho todo lo que podías?» Una señora muy sabia.

El tiempo

Del reloj, me refiero. Ahora mismo hace mucho frío, pero eso no es impedimento para hacer lo que hay que hacer y que pasen las horas no nos debe impedir acabar lo que empezamos o mismamente empezarlo. Hay una frase muy graciosa sobre esto en el libro:

«Hablamos de lo que no hacemos y la gran excusa que ponemos es la falta de tiempo. Sin embargo, Schubert no tenía tiempo, ni Bach, ni Fauré, ¡nadie tiene tiempo! Supieron encontrar ese tiempo que hace que Platón siga tan vivo hoy como en su día».

¿En qué consiste esta capacidad? En que Schubert no dijo: «Me gustaría componer tal cosa...» sino que lo hizo. Esta mentalidad también viene reflejada en un libro que leí de la hija de Bruce Lee. En cuanto pienses algo, hazlo, aunque sea: «debería fregar los platos». Así, cada vez pasará menos espacio entre lo que dices con la mente y la acción que llevas a cabo y finalmente, se fusionarán y todo será acción.

Pasión por lo que se hace

Esto es algo primordial y va en consonancia con lo que decía Goethe. Aquello que hagas, hazlo porque te interesa, porque quieres hacerlo y bueno, luego tendrás que valer para eso, claro...pero aquí Nadia no está nunca hablando exclusivamente de música, ella habla en general de la vida.

«La condición fundamental de cuanto se hace, no sólo en la música, es que esté bajo el signo de la elección, del amor, de la pasión, de tal manera que se haga porque se considera que la maravillosa aventura de estar vivo depende por entero de la atmósfera que crea uno mismo con su entusiasmo, su convicción y su comprensión».

Me parece una frase muy inspiradora y que nos hace reflexionar acerca de de si es así como estamos conduciéndonos en todas las facetas de nuestra vida y si realmente es posible hacerlo en aquellas que nos dan impuestas o que la vida nos impone. No se qué opinaría ella sobre esto último.

Consideraciones sobre música

Nadia piensa que al escuchar una pieza nos debemos olvidar del intérprete, del compositor y ya puestos, de nosotros mismos. No hay nada más que la música. Stravinski también decía algo parecido, que la perfecta construcción en la música es lo que provoca la emoción, pero no por porque la pongamos en relación con nuestros sentimientos o sensaciones cotidianas. Es como la analogía de Goethe de que la arquitectura es música petrificada.

Cuando miramos una catedral nos impresiona su majestuosidad, su grandeza, sus formas, pero no necesitamos imaginarnos allí en la boda de alguien o en la nuestra para sentir alguna emoción. Pues lo mismo pasa con la música, basta con dejar que entre en nosotros y solo con nuestra capacidad de percepción, si está entrenada, captaremos todas sus sutilezas, la armonía o disonancia de su construcción, sus formas, colores, etc., todo esto es lo que nos provocará la emoción.

Habrá quien no esté de acuerdo, muy bien. A mí me parece un pensamiento bastante razonable. Cuando veo una película o una obra de teatro tampoco pienso en el actor o la actriz, veo el personaje, la historia. Mal sería si pasase eso.

Conclusión

En general, me quedo con lo que he comentado y que va en relación con el anterior libro que leí:

1-  La necesidad de imprimir pasión en lo que haces para dotarlo de emoción, redescubriéndolo diariamente. 2- Desarrollar curiosidad e interés por lo que te rodea, ya que esta es la base de todo aprendizaje.

En cuanto al resto del libro, habla de sus alumnos, algunos músicos muy importantes, de sus clases en Fointeneblau y al final hay algunos personajes que la conocieron y comentan sobre ella brevemente. Monsaingeon le hace preguntas filosóficas y estéticas sobre la música que ella responde elocuentemente en todas las ocasiones, pero creo que no tiene sentido que hable de todo eso aquí.

Nadia tiene un tonillo a veces algo irritante en el libro, pero hay que perdonarle que ya era una señora mayor y que, aparte de no ser una transcripción literal de lo que dijo, he leído una traducción. Habla mucho de Paul Válery, así que aparte de conocerlo, supongo que también apreciaba su pensamiento, su «filosofía» . Quizás sea buena idea leer algunos textos suyos para conocerlo tanto a él como a ella un poco más.

Me pareció curioso lo que dijo de que la gente se pensaba que la casa de Falla en España era poco menos que una mansión. Yo la visité, está en Granada y es una casita muy humilde, cargada de detalles. Allí según recuerdo vivía con su hermana. Se conservan muchas cosas, casi como si vivieran allí, incluso hay un piano. Pero lo más destacable es el bonito color azul de sus puertas y ventanas. 

Dejo el documental, también de Bruno Monsaingeon y una última frase pedagógica:

«El enorme privilegio de enseñar consiste en incitar a quien se enseña a mirar abiertamente lo que piensa, a decir abiertamente lo que quiere y a oír claramente lo que oye. Ello requiere un entrenamiento muy amplio de la vida: el conocimiento de las palabras». 

P.D.: Me parece muy bien que la editorial «El acantilado» utilice de forma prioritaria las comillas españolas, porque hay demasiado uso generalizado de las inglesas. Por si alguien olvidó la diferencia: https://www.rae.es/espanol-al-dia/cuando-se-usa-cada-tipo-de-comillas

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